¿Qué tipo de suelo necesitas para tu depósito?

Cuando se trata de instalar un sistema de almacenamiento eficiente y discreto, enterrar un depósito cilíndrico es una de las opciones más recomendadas. Sin embargo, no todos los terrenos son iguales, y elegir el tipo de suelo adecuado es esencial para garantizar la seguridad, estabilidad y durabilidad del sistema.
El primer aspecto a considerar es la capacidad portante del suelo. Los suelos compactos, como los de grava o arcilla estabilizada, son ideales para enterrar depósitos, ya que ofrecen buena resistencia sin comprometer la estructura. En cambio, suelos demasiado blandos o arenosos pueden requerir un refuerzo adicional con arquetas de hormigón o losas de cimentación para evitar hundimientos o desplazamientos.
Otro factor clave es el nivel freático. Si el agua subterránea está demasiado cerca de la superficie, es necesario tomar medidas adicionales como anclajes o sistemas de drenaje para evitar la flotación del depósito. También se debe analizar el riesgo de inundación o acumulación de agua pluvial en la zona donde se va a enterrar el depósito.
El acceso para la maquinaria de excavación, la posibilidad de compactación adecuada y la facilidad para realizar canalizaciones también deben estudiarse con antelación. Además, la normativa local puede establecer restricciones o requisitos específicos según el tipo de suelo y el uso del depósito (aguas grises, pluviales, fecales, etc.).
¿Estás considerando esta solución? Consulta nuestra guía completa de depósitos cilíndricos enterrado para conocer modelos compatibles con distintos terrenos y consejos para una instalación segura y eficaz.



















