Entradas

arquetas de registro según la normativa vigente

 arquetas-de-registro

Las arquetas de registro son un elemento esencial en cualquier red de saneamiento. Su correcta ubicación garantiza un mantenimiento eficiente, la prevención de atascos y el cumplimiento de la normativa técnica. Pero, ¿sabes exactamente dónde deben instalarse según la ley?

Según el Código Técnico de la Edificación (CTE) y las ordenanzas municipales, las arquetas de registro deben situarse en puntos estratégicos de la red de evacuación. Esto incluye los cambios de dirección de las tuberías, los encuentros entre varios conductos, tramos rectos superiores a 15 metros y en los accesos a colectores generales.

También deben colocarse según el tipo de instalación: en redes interiores de viviendas unifamiliares, suelen estar ubicadas en el jardín o el patio, mientras que en edificios de varias plantas se instalan en zonas comunes de fácil acceso. En ambos casos, es imprescindible garantizar su accesibilidad para futuras inspecciones, limpiezas o reparaciones.

Otro aspecto clave es la profundidad. Según la normativa, las arquetas no deben superar los 1,20 metros sin disponer de medios auxiliares de acceso. Y siempre deben llevar tapa estanca, especialmente si están ubicadas en zonas de tráfico o expuestas a lluvias.

Además de cumplir con la normativa, elegir materiales de calidad y sistemas enterrados duraderos asegura un rendimiento óptimo a largo plazo. Consulta más detalles sobre arquetas de registro y accede a soluciones técnicas diseñadas para todo tipo de instalaciones.

¿Qué son las Aguas Residuales?

aguas-fecales

Las aguas residuales son un tipo de aguas que contienen restos orgánicos, excrementos humanos, productos químicos domésticos y otros residuos sanitarios. Estas aguas se generan principalmente en viviendas, oficinas, hospitales e industrias, y su correcta gestión representa un pilar fundamental para preservar la salud pública y proteger el medio ambiente.

La presencia de microorganismos patógenos y agentes contaminantes en las aguas residuales convierte su tratamiento en una prioridad. Si no se eliminan adecuadamente, pueden filtrarse en los acuíferos o desembocar en ríos y mares, provocando brotes de enfermedades, deterioro ambiental y serias sanciones legales en el ámbito industrial y municipal.

El proceso de tratamiento de las aguas residuales suele comenzar con sistemas de recogida eficientes como arquetas, conducciones subterráneas y estaciones de bombeo. A continuación, las aguas pasan por fases de desbaste, desarenado y oxidación biológica, donde se eliminan los sólidos gruesos y la materia orgánica mediante procesos aeróbicos o anaeróbicos.

En muchas instalaciones modernas se utilizan depósitos enterrados especialmente diseñados para almacenar o tratar estas aguas de forma segura, discretamente integrados en el entorno. Su uso es cada vez más común tanto en zonas urbanas como rurales, por su eficacia y bajo impacto visual.

La reutilización de aguas tratadas también es una práctica creciente. Bajo condiciones controladas, las aguas fecales depuradas pueden emplearse para riego agrícola, recarga de acuíferos o incluso limpieza urbana. Esto no solo reduce el consumo de agua potable, sino que también contribuye a un modelo de economía circular más sostenible.

Para conocer más sobre soluciones técnicas específicas, consulta esta guía sobre aguas fecales y depósitos cilíndricos enterrados diseñados para su gestión eficiente.